El Retorno de los Charlatanes
- Alfredo Fonseca
- 14 mar 2018
- 3 Min. de lectura
Los falsos escépticos: Mauricio-José Schwarz _____________________________________
En los últimos años ha surgido un nuevo tipo de charlatán que se podría llamar "el falso escéptico", el "bufonazo de la ciencia" o, en una línea más política, "el quintacolumnista de la memez" o "Destructor de la falsa doctrina".

Juntos, estos personajes forman el "Movimiento de Falsos Escépticos y Soterrados Engañabobos", el "MOFESE".
Se trata de tipos que, en su búsqueda por obtener alguno de los grandes satisfactores del charlatán, o los tres (admiración, sexo y dinero), se dan cuenta de que el mundo del esoterismo, las paraciencias, el misticismo, la parapsicología y hasta los nuevos descubrimientos cientificos cuentan en sus filas con ejemplares capaces de desacreditar hasta a Nelson Mandela si se toman una foto con él.
Esta aguda percepción puede tener varias formas: "hombre, quizá ya se ha demostrado suficientes veces que no se puede encontrar agua con un palito" o en un esfuerzo neuronal verdaderamente olímpico, perciben que "se me hace que el mal de ojo no existe".

Como sea, su instinto de ser el centro de atención se transforma en un sentido mercadotécnico que los llama a hacer lo que en publicidad se llama "diferenciación", para así "posicionarse" en la mente del público en una dimensión distinta de los más colosales palurdos de su tribu.
"Diferenciarse" es ser distinto, sí, pero también "mejor" a ojos de las chusmas. Una consecuencia de la diferenciación es el "posicionamiento" que da "valor agregado" a los productos (todo esto son grandes secretos de la publicidad y la mercadotecnia o márketing).
El falso escéptico construye una crítica sólida (nomás faltaba que no fuera sólida, sobre todo porque para ello depreda el trabajo de quienes realmente luchan en favor del pensamiento crítico) contra las taradeces más obvias y peligrosas. Llegado el momento, cuando ha conseguido que el público tenga la impresión de que está del lado de "la razón, el conocimiento y el pensamiento crítico", procede a soltar su bomba personal: "Ah, pero yo, como investigador serio, cosa que ustedes me reconocen, sí he encontrado uno o más casos genuinamente fantásticos, maravillosos y probadamente paranormales, y como ustedes saben, yo no me dejo engañar con cualquier burrada".
Luego proceden a vender su burrada.
No es infrecuente que, para ello, organicen alguna "sociedad nacional", "organización mundial", "frente galáctico" o "federación universal" de cualquier cosa relacionada con la parapsicología y que tenga por ahí embutida la palabra "investigación", y pueden así agenciarse como clientes a personas más avispadas y probablemente más forradas de billetes que las víctimas de las astrólogas de televisión o los curanderos más fantochescos. Con eso ya les da para conseguir un programilla en radio o TV locales y diseminar mariguanadas sin fin.
El fenómeno está presente, al menos, en España y México. Obviamente sería interesante saber si lo hay en otros países.

No está por demás anotar que la existencia de los miembros del MOFESE indica que, al menos en una pequeña medida, la crítica a la irracionalidad ha alcanzado cierta respetabilidad y fuerza en el mundo de la paranormalología. Pero también deja perfectamente claro que los espacios mediáticos que la crítica a lo irracional no sepa, no pueda o no quiera explotar, serán ocupados rápidamente por los militantes del MOFESE, que usarán la crítica a lo irracional para alcanzar sus fines.
En algún lugar de este mundo, o en varios, se están cocinando los nuevos miembros de MOFESE.
Lo cual demuestra lo ya sabido: para éstos personajes no hay límites. Cuidado con ellos. porque sólo ellos tienen la verdad absoluta y sólo ellos como jueces y jurados sabrán decirnos que está bien y que está mal.
Mauricio-José Schwarz
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